miércoles, 1 de agosto de 2018

RELACIONES MUY INTIMAS

Sí, es la única manera con la que puedo definir la relación que mantengo desde hace muchos años con la cultura japonesa y su entorno.
Ahora, realmente, ya no sé si es amor, adicción o puro masoquismo. Quizás cabría todo en el término fascinación. No necesariamente para bien, no confundamos. Más o menos quien se acerca en serio a la cultura japonesa acaba como el hombre de la ilustración, atrapado por ella y sin escapatoria posible. No importa cuanto intente alejarse de ella, vuelve siempre, o, algo curiosísimo, te vuelve a ti. Encuentras a alguien, o algo, o te preguntan. De algún modo el tentáculo, tan amado por ellos, sigue sin soltarte aunque sepas que no puede salir nada nuevo ni bueno de ese reencuentro, a veces ni siquiera placer estético.
Hubo un tiempo en que estudié Japón de un modo que quería ser profesional, de hecho me doctoré en arte japonés. Bueno, ya sabemos que es tema minoritario (¿en serio?) y que poco charco para demasiados peces y algún que otro lagarto/a. No es eso de lo que quiero hablar sino de algo más sutil (como japonés que es, claro) y que en román paladino se traduce en la enorme cantidad de dificultades que, no se sabe de donde, aparecen para investigar en cuanto se huele (quien sea) que vas en serio. Entre eso y la vieja técnica del cuco me decidieron a abandonar la investigación, más el veneno, el tentáculo, me tenía demasiado atrapado como para poder alejarme de la fascinación. Cuando lo hice las dificultades, no sólo para mí, iban creciendo y bajando. Explícome: crecían en número y bajaban los salarios por conferencia, por ejemplo.
Me alejé si no con alegría sí con cierto alivio, una especie de "ahí os quedáis" castizo, pero como dice el tango, siempre se vuelve al primer amor. Aunque no se quiera. No ha mucho apareció un viejo fantasma de entonces. Cuando le conocí era un joven pujante y enérgico, hoy parece succionado como uno de esos seres sobrenaturales de la tradición japonesa. No es de extrañar, por lo que me estuvo contando le va bien, claro que ese concepto al hablar de estudios japoneses puede no ser lo que parece. Las dificultades no han crecido, se han convertido en otra cosa parecida a un intento de control de lo que se dice cuando y donde en función de no sé sabe (o sí) de qué intereses. Lo curioso es que no viene de un único frente y que el resultado viene a ser (perdón por la exageración) una investigación "al dictado". Esto dices, esto no dices, lo de más allá me lo cambias. Por supuesto la dosificación de la que ya hablaba el Dr. Vallejo Najera en Mishima o el placer de morir permanece (en la cultura japonesa todo permanece salvo la mirada)
Resumiendo y para acabar esto es un aviso a navegantes. La investigación actual sobre cultura japonesa hay que cogerla con pinzas, no es que carezca de rigor (casi nunca) o de trabajo sino de ese filtro de cristal que está, por que está, pero no se ve por que es demasiado sutil. Me encantaría poder decir que la investigación está prostituida pero no puedo. Primero por que como decía Filomena Marturano "aquí no paga nadie" y segundo por que mal se puede uno prostituir por algo tan adictivo y hermoso como las artes japonesas. "Mediatizada", tampoco exactamente, "controlada", no, por Dios. En fin que como no sé explicarme mejor dejo a vuestro leal saber y entender el sentido.´
Sólo un par de cosas más: hay muchos investigadores que se están dejando la piel con un trabajo serio y profundo, riguroso y contundente. El problema es cuando esos trabajos llegan a nuestras manos que no es que se hayan cambiado pero... En suma y en sigue: si cualquier texto requiere una mirada distanciada y crítica, los frutos de los muy formados investigadores actuales de la cultura japonesa, hay que "trabajárselos" un poco más para distinguir donde acaba la aportación del autor y empieza otra cosa.
Todo esto se podría decir con palabras más contundentes y que dejaran más claro el asunto pero ya no sería políticamente correcto (de hecho, esta entrada ya no lo es) y además dada la dureza del castellano no serían probablemente justas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario