miércoles, 17 de febrero de 2016

Cuatro palabras sobre literatura

Tras una tan larga como indeseada pausa vuelvo con más bríos a este blog.
Llevo muchos años leyendo novelas japonesas contemporáneas, entendamos como siglo XIX y XX, y a menudo me he encontrado con que he tenido que volver a leerlas para poder entender algo pues hemos de reconocer que la novelística japonesa no es fácil en absoluto, incluso cuando se contamina con la occidental, como Murakami hoy o Tanizaki antes. Así pues, basándome en unos textos de Justo Navarro y de Carlos Rubio he extraido una serie de aspectos que nos pueden ayudar a afrontar la lectura de una novela japonesa comprendiendo un poco más su esencia. Naturalmente ni es exahustivo ni pretendo sentar cátedra, sólo quisiera que estas pocas pinceladas ayudaran a quienes están comenzando a adentrarse en la literatura japonesa.
El tratamiento del tiempo: es más o menos como las antiguas pinturas del Genji Monogatari, es una continuidad en permananente transfiguración y disipación que, cuando es conveniente, se marca con referencias casi siempre estacionales, al igual que en las pinturas de rollo del Genji las escenas aparecen aisladas unas de otras, entre algo parecido a niebla o nubes, pero caracteizadas temporalmente cuando es necesario. Desde luego no tiene un tratamiento realista de corte occidental incluso en las obras más endeudadas con Occidente.
-Navarro dice y cito textualmente: "Las historias japonesas son historias comprimidas hechas con imágenes y signos fulgurantes que, incluso cuando carecen de espesor, pesan sin remedio sobre los personajes", "poseen el alto voltaje de los gestos que deciden una vida, la extrema violencia interior de los actos que, a pesar de su aparente trivialidad, participan de un destino". Como apunta el autor la tivialidad, la brevedad del destello clave y el hecho de que a menudo ni siquiera se planteén en el desarrollo de la novela hace que nos cueste encontrar esa clave que violenta atrozmente a los personajes, de un modo que hoy para Occidente es inconcebible o casi.
-Su personajes se desenvuelven en una calma rutinaria capaz de esconder atocidades sin cuento pues es una calma llena de turbación como único medio de vivir en un universo caótico y cambiante. Obviamente esta es una visión del mundo influida cuando no determinada por los aspectos religiosos como el Budismo y, desde mi punto de vista, sobre todo del Budismo Zen.
-La profunda soledad de los personajes, irremediable y casi diría mortal es una constante de la cultura japonesa. Alguien dijo que "cada japonés es una isla", y su novelística así parece querer demostrarlo de un modo casi cruel.
-Occidente está dominado en todos sus planos culturales por una búsqueda de la simetría a uno u otro nivel. La cultura japonesa por el contrario huye de la simetría buscando tanto el dinamismo como el desequilibrio y lo que pueda tener de incompleto.
-Nosotros al afrontar una novela japonesa buscamos un principio y un fin claros, siguiendo el principio clásico de planteamiento nudo y desenlace, principio completamente inútil en la literatura japonesa.
Naturalmente que la historia empieza, pero pocas veces dentro del texto, digamos que coge la película empezada El texto empieza en algún punto entre el planteamiento y el nudo y acaba en otro punto entre el nudo y el desenlace de manera que con mucha frecuencia nos encontramos con la sensación de que está inacabada la novela. Lo que complica aún más su lectura es que lo que no está escrito es lo verdaderamente determinante para el desarrollo de la historia. Así las historias japonesas "más que acabar se detienen" logrando así una prolongación de la vida de la historia. Logro literario muy apreciado por los literatos japoneses
-Mucho más que frecuentemente el relato se detiene en descripciones lentas de lo insignificante, del detalle, lo periférico, al igual que sus estampas, y, al igual que ellas los personajes son planos, como sin un elaborado análisis de sus emociones. Quizás por que la emoción expresada no está bien vista y hemos de leerla y encontrarla en los actos previsibles socialmente, en la corrección de los modales y en lo banal que rodea al personaje.
No es que sea mucho para comenzar a leer novela japonesa pero al menos es algo donde agarrarse para hacerlo sin perderse del todo.

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